Así como las plantas se autorregulan ante la disponibilidad de agua o radiación, también podemos regular nuestras relaciones y decisiones. ¿Qué tan preparad@s estamos como personas, instituciones o sociedad para autorregularnos en estos dinámicos escenarios actuales?
La #autorregulación es un concepto que comencé a aplicarlo con gran foco cuando trabajaba en dirección académica a propósito de las acreditaciones de carrera y de institución, en las cuales, un accionar fundamental a demostrar, es la capacidad de autorregulación. Este concepto tan amplio en su aplicación (#sicología, #economía, #educación, comportamiento #social, etc.) es tan importante como relativo en su ejecución.
Hablamos de que muchos #mercados se autorregulan, apoyando la ausencia de normativas y leyes más específicas, los trabajadores se deben autorregular en su #teletrabajo, las empresas se autorregulan en la cantidad de #metas, #objetivos y #funciones que suman a sus colaboradores, las personas debemos autorregularnos en nuestras reuniones y cercanía física más allá de los permisos sanitarios por la pandemia, y tantos otros ejemplos.
Me pregunto, ¿qué tanto se interpreta la autorregulación como autorrepresión?
Pienso en el caso de los niños cuyos #padres no les han enseñado/exigido hacer su cama porque tienen nana y ahora han debido autorregularse en sus tareas y estudio en casa.
Pienso en el colaborador de empresa, cuya formación con alta responsabilidad hacia deberes externos está muchas veces comprimiendo su vida personal para cumplir con los objetivos del trabajo, ¿puede autorregularse realmente en sus horarios de teletrabajo sin perjudicar su calidad de vida? En este caso no se trata de anular el trabajo en beneficio del bienestar, sino de balancear vida personal y laboral a través de esta autorregulación.
La autorregulación permite #gestionar #emociones, no suprimirlas, permite acercarnos a nuestras metas profesionales sin dejar de lado a la familia u otras cosas que te importen. El #empleador que está consciente de la autorregulación, no sobrecarga de metas a los colaboradores que tienen el Artículo 22 en su contrato, y está atento al avance sostenido de la planificación.
La autorregulación NO restringe lo que comemos, nos conduce con tranquilidad en nuestras elecciones, favorece el desarrollo de #hábitos #saludables eliminando culpas.
La autorregulación permite adaptar nuestro lenguaje, el estudiante que habla en clases con similares garabatos a los que emplea con sus amigos requiere orientación amable en autorregulación que el enseñe de #adaptación situacional, somos una sola persona con muchas características que puede entender diferentes contextos sin perder identidad.
El político o actriz que exige tratos especiales por sobre la Ley aun siendo filmado debiera tener entre sus pendientes el trabajar su autorregulación.
La autorregulación permite al chofer seguir su camino sin armar un espectáculo en la calle con otro automovilista, si muchas veces ni siquiera ocurrió un accidente leve, solo se accidentó su #EGO.
La autorregulación permite a las personas no sobre endeudarse para comprar cosas de marcas de las cuales podría prescindir, y así tantos ejemplos…
Entonces surgen preguntas como ¿qué factores limitan o transgreden nuestra autorregulación? ¿Qué carencias se intentan tapar con actitudes desbalanceadas y muchas veces incontrolables que pueden afectar también otros? ¿Cuáles son las creencias que debiésemos reencuadrar para favorecer una autorregulación saludable sin caer en autorrepresión?
La autorregulación está muy relacionada con el equilibrio de la #asertividad y el marco valórico con el cual crecemos, se puede trabajar con auto-observación y se puede estimular en nuestro entorno siempre de manera positiva a través del ejemplo. En este avanzar puedes tomar el camino autodidacta, muchas veces sinuoso y con detenciones o un camino más directo, acompañado y amigable, por ejemplo, a través del coaching.
Víctor Rodrigo Jara Corrial
Coach personal y organizacional.
