A 25 años de la confirmación de que parte de nuestros viñedos no eran Merlot sino Carmenère, parece fácil ver cómo ha beneficiado comercialmente a Chile el tener casi el 95% de la superficie global concentrada en nuestro país. Elegida como nuestra variedad emblemática debido a la diferenciación comercial que genera, en primera instancia, el redescubrimiento del Carmenère en Chile generó escozor e incertidumbre, pues sin querer las Viñas lo estaban etiquetando como una cepa diferente, se le estaba dando un manejo y fecha de cosecha distinta del óptimo, “Carmenère” no era una palabra reconocida como variedad entre los consumidores en Chile ni en el extranjero, en un contexto en que los consumidores esperaban encontrarse con variedades “100% puras” en las botellas como parte del concepto de calidad, recordando en la década de los 90´s el concepto “mezcla” no era bien mirado, como sí lo es hoy en día el concepto “ensamblaje”.
¿Cuántas veces nos encontramos con características particulares de personas que al plantearse comparativamente en su entorno parecen estar en una sintonía diferente, tienen particularidades disonantes o el alejarse de los parámetros clásicos de belleza o personalidad vemos que transforman esa distinción en defecto?
Cada uno de nosotr@s es responsable de poner el signo positivo o negativo a nuestras características o a nuestras experiencias de vida, sacarle provecho a lo que nos hace únicos depende de nosotros, hacernos cargo de nuestras vivencias también. Un refrán que me encanta pide “humildad para reconocer nuestros errores y sabiduría para aprender de ellos”. El tan “manoseado” concepto de reinvención no tiene que ver con desconocerse ni mucho menos partir de cero, sino de sacarse un provecho inteligente de lo que nos gusta, de los que nos caracteriza desde una nueva mirada, adaptada a un contexto cambiante o con una visión más positiva de nosotr@s que la que anteriormente teníamos.
Esta revisión y análisis puede ser apoyada por una mirada externa y más objetiva que la propia, pero siempre propiciada por querer cada un@ mejorar y sacar un mejor provecho de las herramientas con que contamos, tal como la lección que nos deja el Carmenère en Chile.
Para los más enológicos ¿y si en vez de vender Malbec recuperamos el concepto de Cot? ¿Y si comenzamos a difundir nuestro Sauvignon Vert? Estas no son ideas propias, pero el concretarlas depende de empresas y miradas comerciales externas… Cambiar la visión de ti mism@, comunicar mejor tus atributos, transformar tus diferencias en ventajas, ¿puede depender de ti? La decisión es tuya…!!
Puedes contactarme en victorrodrigo@jaracorrial.com
